Marianela Garbari, profesora de educación física del Instituto Obras y ex Pantera (selección argentina de vóley) habló con el departamento de prensa de la institución y señaló que el objetivo que se plantean es el de trasladar los valores del deporte al colegio para educar e incentivar a sus alumnas a llevar una vida sana.
Luego de su participación en el preolímpico de Bariloche, durante el pasado mes de enero, que le otorgó al seleccionado su primera clasificación a Juegos Olímpicos en la rama femenina, optó por dejar de lado su carrera como deportista elite y dedicarse de lleno a la profesión que ama: la educación física.
-Una vez obtenida la clasificación a los JJ.OO. de Río de Janeiro 2016,¿no sentiste ganas de cambiar tu decisión y participar?
-La verdad que sí, lo pensé. Río fue lo único que me hizo dudar. Por otro lado, había que ver la cantidad de cupos de jugadoras que se podían llevar al torneo, en los Olímpicos son 12 y por este motivo de incertidumbre debía dejar pasar otro año más sin poder ejercer mi profesión, algo que en este último tiempo había sentido mucho. Sigo en contacto con las chicas, las voy a visitar seguido. Tengo muy buena relación con el cuerpo técnico, y espero poder ir a los JJOO como espectadora. Estoy muy contenta de haber formado parte del equipo que logró la clasificación histórica a un juego olímpico.
-¿Seguís jugando en algún club?
-El año pasado yo seguía solamente por estar en la Selección, era la meta que me había puesto. El arreglo que tenía con el cuerpo técnico era estar avocada a las concentraciones y los entrenamientos del seleccionado. Si bien me habían llegado varias propuestas de clubes, quería que mi último torneo sea, como broche de oro, la clasificación histórica.
-¿En qué clubes jugaste? ¿Cómo te encontrás con este nuevo trayecto luego de la determinación?
-Jugué en Ciudad de Buenos Aires, River, GEBA y Gimnasia y Esgrima de La Plata. La verdad es que estoy muy tranquila con la decisión que tomé. No creo que haya algo que reemplace lo que me dio el voley en cuanto a la adrenalina, satisfacciones, pero estoy intentando encontrarle la vuelta desarrollando mi profesión para llenar mi nueva vida.
-Ya que mencionás tu nueva vida, ¿cómo llegaste a Obras?
-Tengo una amiga que trabaja acá: Mercedes Rogalieti. Con ella hicimos los cuatro años del profesorado juntas. Cuando decidí venir a vivir a Capital el año pasado por el tema de las concentraciones, comencé a insistirles a mis amigas que trabajan en la profesión, que me tuvieran en cuenta para este año. Soy preparadora física, también formo parte de un equipo de running y doy clases en Obras. Estoy muy contenta de dar clases en esta institución, ya que tiene una importante salida deportiva y eso lo hace diferente a los otros Institutos.
-Como docente, y en una etapa complicada como es la adolescencia, ¿de qué manera inculcás el voley?
-Es distinto a lo que venía trabajando. Yo fui preparadora física del club Gimnasia y Esgrima de La Plata, estuve a cargo de todas las inferiores del club, y me encontré con chicas que fueron porque quisieron hacerlo. En este caso, en el colegio lo tienen que hacer por obligación, trato de motivarlas a que se muevan, que hagan deporte. Para mí, los valores que te da el deporte son muy importantes, evalúo el compromiso, puntualidad, responsabilidad, compañerismo, respeto, que son valores que están faltando en general. No me baso en aspectos técnicos, sino que la actitud, participar, querer hacerlo, por ese lado pasa el aprendizaje. Lo que más me inculcó este deporte fue el valor. Me interesa estar en los colegios y ver de qué forma se puede cambiar eso, porque veo que si los valores que se pueden aplicar en los deportes, se aplicarán en la vida, cambiaría todo de manera gradual. El objetivo es dejarle algo a las chicas. Uno de mis mensajes favoritos es el siguiente: «El entrenamiento invisible va mucho más allá de la pelota».