En el nivel pre-escolar del Instituto Obras comenzaron las clases de natación. Es una actividad importante para los más chicos de la institución, que a través del juego aprenden a nadar y conocer el medio acuático.
Entre los tres y cinco años de edad continúan la adaptación y la familiarización con el agua. En esta etapa, se pretende que los niños encuentren en el medio acuático un espacio seguro y divertido para que, más adelante, la enseñanza de la natación sea más fácil y llevadera. En la etapa de tres años, los niños siguen en compañía de sus profesores y maestra jardinera. A partir de los cuatro años, ya están capacitados para aprender con los profesores/as y monitores, y así, conseguir ser autónomos en el medio en poco tiempo.
Es importante saber que está el período de adaptación que se trata de un proceso continuo, que se va logrando en forma permanente: comienza con la adaptación ambiental (escuela nueva, vestuarios, natatorio) para continuar en la vivencia acuática. Ya en el agua, la percepción de diferencias en el peso corporal, el equilibrio, la visión, la audición y la respiración son causas permanentes de adaptación. Si se realizan ejercitaciones adecuadas a la capacidad y necesidad del niño, aparece entonces la habilidad acuática que —bien elaborada— permite la iniciación del nado formal.
Por otra parte, también se busca la horizontalidad que se trata de la traslación acuática económica se piensa en las posiciones hidrodinámicas del cuerpo. En esta etapa del aprendizaje, se busca que el niño logre la horizontalidad de su cuerpo, tanto en posición dorsal como ventral. Ambas se fundamentarán en el mantenimiento permanente del equilibrio del cuerpo, incluyendo además las múltiples posiciones que ofrece la actividad acuática. Ya al llegar a los 5 años, se logra con éxito la flotación vertical y lateral, tanto en situación dinámica como estática.
La finalidad de esta actividad es la supervivencia en el medio acuático y los objetivos de familiarización son la flotación, respiración y expulsión.
A su vez, se trata de hacer propio el medio acuático, “saber nadar” dominando los desplazamientos, lanzamientos, recepciones, giros y saltos.
Se trata de un tiempo orientativo porque, no se debe olvidar, en la enseñanza las características psíquicas y psicomotoras de cada alumno/a hacen que su tiempo y ritmo de aprendizaje pueda ser diferente a la hora de adquirir los conocimientos planteados.
La enseñanza de la natación en el jardín está dividida en tres niveles: la flotación, la respiración y propulsión. Se utilizan actividades de forma global y el juego como herramienta para conseguir la interpretación del trabajo. Desde ya, siempre es importante que los chicos disfruten y diviertan.