Como cada cierre de año, la fiesta final del jardín de infantes, que tuvo como protagonistas a los chicos de las salas de 2, 3, 4 y 5 años, se dio en el marco de un estadio Obras lleno de familias, lo que emocionó a todos por la energía positiva que transmiten.

El foco o eje del evento tuvo que ver con la música de todas las épocas. La felicidad y los aplausos de los padres ante cada actuación de los chicos se hicieron sentir con fuerza desde las tribunas. Charleston y jazz, mambo cubano, rumba, música disco, pop, rock y las canciones de Topa fueron los ritmos que llenaron de canciones la mañana.

“Tengo a las mejores seños del planeta tierra y sus alrededores”, no se cansa de decir Nancy Romero, la directora del jardín. “Ellas dieron absolutamente todo de sí. Este es el epilogo de todo el trabajo que hacen durante el año. Sin ellas esto sería imposible. En definitiva, estamos muy felices”, explica.

Por otro lado, se realizó la entrega de diplomas de los egresados de preescolar, lo que generó una felicidad enorme por una nueva camada de chicos que empezará a dar sus primeros pasos en el ámbito primario.

“Este fue un año muy lindo, de mucho trabajo y con la culminación de muchos proyectos. El jardín sigue creciendo, tenemos el hermoso apoyo de las mamás y los papás. Y también estamos felices porque el año que viene vamos a inaugurar una sala de computación exclusiva para el jardín. Ese será un lindo broche de oro”, agregó Nancy.

Y, como es costumbre, cerró con una frase muy interesante: “´Un hilo invisible conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, sin importar el tiempo, el lugar ni la circunstancia. El hilo se puede estirar o enredar, pero nunca se romperá´. Eso es lo que a nosotros nos mueve: poder seguir estando conectados, no solo a través de los aprendizajes sino de lo más importante que tenemos en este mundo que es el amor”.

¡Felicidades para todos y hasta el año que viene!