Un nuevo año que pasa en el Instituto Obras, donde a otra camada se le abren las puertas de la vida. La ceremonia de colación de la escuela secundaria reunió a los alumnos de quinto año, familiares, docentes y directivos para celebrar un ciclo que finaliza.
El acto le dió la bienvenida a las banderas de ceremonia y a quiénes las portarán el año entrante, también ingresaron los jóvenes que se despiden y luego se entonaron las estrofas del himno nacional argentino.
Una vez que culminó la etapa protocolar, iniciaron la entrega de diplomas, donde la familia y allegados acompañaron a los distinguidos en su ansiado camino.
Estos pasos que perdurarán en el tiempo fueron marcados por cada uno de los chicos que tuvieron lugar a describirlos con imágenes y recuerdos de su andar estudiantil mediante a una proyección de video. No obstante, la docente Raquel Pintos les regaló unas palabras emotivas que pintaron la noche de Núñez y, luego, las alumnas Melina Mignone y Martina Dacjz le pusieron el moño a este momento con otro relato:
«Estos años de secundaria que trajeron nuevos objetivos, amistades, sentimientos y momento inolvidables llegaron a su fin, pero esto no significa «llegada», sino «punto de partida». Horas de estudio, trabajos prácticos, orales, cartulinas, afiches, carpetas, el esfuerzo de cada uno por llegar al día, por fin dio frutos. Ahora sólo nos queda dar todo para llevar a cabo lo que queremos, perfeccionarnos para lograr lo que nos propongamos y a no bajar los brazos ni aunque nos sintamos abatidos, cansados o vencidos. Comenzamos a prepararnos para la formación de nuestras vidas, y para ir forjando nuestros sueños y metas; quizás todos nosotros tomemos diferentes caminos, pero seguro que todas las personas que conocimos en esta etapa nunca las olvidaremos, porque nos dejaron marcados».
Así, cayó el final de esta celebración, que para muchos será un instante eterno para atesorar y encuadrar juntos a sus próximos objetivos y proyectos.
