Los chicos del Jardín de Obras de la sala Arcoíris de cinco años tuvieron su clase abierta de Ingles. Un espacio para disfrutar junto a los papis todo el trabajo que viene construyendo la profesora Aldana Salazar junto a los pequeños del Instituto.
Cuando se aprende jugando todo es más fácil. Y en las clases de inglés de la profesora Aldana Salazar ocurre eso. Entre canciones, bailes, chistes y muchas risas los chicos del Jardín del Instituto Obras comienzan a decir sus primeras palabras en inglés de forma espontánea y natural.
“La experiencia fue maravillosa. Es muy gratificante ver el trabajo de los nenes y que los padres puedan estar presentes y disfrutarlo. A su vez, teníamos muchas expectativas, practicamos con los nenes, preparamos sorpresas para las familias y salió todo perfecto”, dijo Aldana.
Fue una clase en donde todos participaron. Hubo bailes, cantos y desde ya, los padres se sumaron a todas las actividades que se realizaron. La idea de las clases abiertas es mostrar lo que los chicos realizan todos los días en el Jardín.
Para los niños y niñas tener un buen nivel de inglés facilita el acceso a oportunidades educativas que ayudan a mejorar la calidad de vida; de otro lado, les permitirá competir en un mundo globalizado. En vista de los retos que esperan a los niños de hoy, es importante no solo dominar la lengua materna sino tener conocimiento de inglés.
El aprendizaje de una lengua extranjera favorece el desarrollo social, cultural y cognitivo de los niños porque fomenta el respeto a las diferencias, mejora la capacidad de interrelacionarse, les permite tomar conciencia de su proceso de aprendizaje, potencializa la memoria, el pensamiento lógico – verbal y la conciencia; entre otros.
Los encargados de ofrecer la formación a los niños en una lengua extranjera son los padres de familia y la escuela, en este caso desde el jardín. Si los padres tienen bases de una lengua diferente se sugiere iniciar con la enseñanza de ésta desde el hogar, de forma que los niños y niñas puedan interiorizarla a tempranas edades.
“Fue una experiencia más que positiva. Estoy muy contenta, porque pudimos mostrarles a los papas que por más que sus hijos son chicos aprenden mucho y no solamente adquieren el conocimiento de inglés sino que siempre nos terminan enseñando ellos a nosotros”, cerró Salazar