El jardín del Instituto Obras festejó a lo grande el Día de la Independencia. El Templo del Rock fue el escenario para interpretaciones, canciones y bailes a cargo de alumnos, maestras y familiares.
Al comenzar el acto y como los tiene acostumbrados, la directora de los más pequeños del Instituto tuvo unas palabras alusivas referidas a la importancia de esta fecha:
“El 9 de julio de 1816 imprimió una huella en el corazón de todos los argentinos marcando el camino que hoy estamos transitando. Nuestro trabajo es luchar por forjar un país más justo, sincero, solidario y más fuerte en sus ideales, pero conservando sus tradicionales y costumbres. Sabemos que no es fácil pero tampoco imposible. Solo hay que luchar para tener el mismo valor y el mismo ímpetu que tuvieron aquellos hombres que forjaron nuestra historia”.
Un popurrí de diferentes bailes, canciones e interpretaciones llamaron la atención de todos los familiares que se hicieron presentes en el estadio.
Sabrina Enrique, mama de Constanza de cuatros años y Bruno de dos, junto a Marcelo Mazzei deleitaron al público con una zamba y chacarera.
La salita de dos y tres años realizaron una actividad de expresión corporal y bailaron un chamame.
Verónica Valle y Sebastián Álvarez papas de Mili de cuatro años interpretaron la canción “Para todos brilla un sol”.
Por otro lado, las salas de cuatro bailaron junto a la canción “Sube”.
Asimismo, la profesora Antonella Boticella junto a su compañero Mauro Parker le regalaron a toda la gente un baile Escondido Estilizado.
A su vez, las salitas de cinco años interpretaron con lengua de señas el Himno Nacional argentino.
Y como si esto fuera poco, las alumnas de séptimo grado también participaron del acto y bailaron un Neotango “Pa Bailar” a cargo de la profesora Antonella Boticella.
“El valor de las cosas no está en el tiempo que duren sino en la intensidad con que suceden, por eso, existen momentos inolvidables, cosas inexplicables y personas incomparables”, cerró Nancy.