En cada rincón del Instituto Obras hay historias interesantes para contar, de esas que mezclan esfuerzo con maneras de vivir la vida. Es el caso de Germán Muleck (25), estudiante de tercer año del profesorado de educación física. Él no solo es arquero de fútbol de salón convencional, sino que, hace ya cinco años, también defiende el arco de Los Murciélagos, la Selección argentina de fútbol para ciegos.
Nació en Capital Federal, y a los cuatro años empezó a jugar en el club 17 de Agosto de Villa Pueyrredón. De ahí en adelante pasó por todas las categorías, hasta que a los 15 años debutó en Primera. A los 19 dio un gran paso: fue convocado a la Selección argentina Sub 20 de futsal. Y desde hace tres años defiende el arco de El Talar, histórica institución de Agronomía que milita en la Primera C del futsal de AFA.
Mientras jugaba en 17 de Agosto recibió una propuesta movilizante. Su llegada a Los Murciélagos comenzaba a gestarse casi de casualidad, como él mismo la define. Fue a probarse por recomendación de Román Barros, en ese momento psicólogo de ambos planteles, y nunca más se fue. Ya pasaron más de cinco años de ese episodio. Germán comparte el puesto con Darío Lencina, Guido Consoni y Agustín Rojas.
“Formamos un vínculo que día a día va ganando más confianza. El grupo es muy inclusivo y agradable. Desde un primer momento te tratan de diez. Más que compañeros de selección, somos una gran familia”, asegura.
Y agrega: “Compartimos mucho tiempo juntos, sobre todo durante los viajes y las concentraciones. Son momentos que se disfrutan de verdad. Hacer esta actividad es algo hermoso que me toca vivir. Lo que aprendés día a día, las ganas de superarse, la actitud con la que enfrentan cada jornada es hermosa. Te enseñan no solo dentro sino también afuera de la cancha, en la vida”.
En el fútbol para ciegos, los arqueros deben tener visión normal. Ellos son una de las personas encargadas de guiar a los cuatro jugadores de campo. Para las cuatro horas por día que entrenan en el CeNARD, Claudio Falco, entrenador del puesto, utiliza una planificación que tiene que ver con la velocidad de reacción, técnicas, achiques, formas de guiar y velocidad al hablar, ya que hay que utilizar pocas palabras y ser claro para que, en el vértigo del partido, el jugador reciba la información específica para saber dónde tiene que estar y qué tiene que hacer. Cuando finaliza la parte de entrenamiento individual, el plantel se junta para realizar la segunda parte del trabajo con técnicas de pegada, táctica, pelota parada y físico en el gimnasio, entre otras cosas.
Ser arquero de fútbol para ciegos tiene sus dificultades, sobre todo para aquellos que surgen del futsal convencional. Se necesita un periodo de transición, ya que las reglas de esta disciplina lo limitan a no poder salir de un área de dos metros de largo por cinco de ancho (si se toca la pelota fuera de esa área es penal para el equipo contrario). Además, a la hora de guiar a los defensores debe respetar su tercio. La cancha se divide en tres tercios, y la ubicación de la pelota marca quien tiene que hablar en cada sector. En la zona del arco habla el arquero, en la zona media lo hace el DT y en la del arco rival se encarga un guía. Otra de las dificultades es la manera de ubicarse en el arco, debido a que los jugadores ciegos patean muy fuerte y la pelota puede salir para cualquier lado. La velocidad de reacción es clave para poder despejar el balón.
“Escuchar tu himno en otro país, ver tu bandera a miles de kilómetros de tu casa, subirse a un podio, colgarse una medalla, ponerse los guantes de arquero, jugar una final… Todo eso me genera un orgullo enorme. Es increíble integrar este plantel”, agradece Germán. A la vez, es consciente de la responsabilidad que tiene en un equipo que cuenta con una historia dorada: campeón del mundo en Brasil 2002 y Argentina 2006, tres subcampeonatos mundiales, dos veces campeón de América, medalla de plata en los Juegos Paralímpicos de Atenas 2004 y de bronce en Beijing 2008 y medalla de plata panamericana en Río de Janeiro 2007, Guadalajara 2011 y Toronto 2015, entre otros logros. Este año, Argentina irá a los Juegos Paralímpicos de Río para lograr el sueño de todos: la medalla de oro.
Seguir sumando más gloria es el sueño que le quita el sueño a Germán Muleck y a todos los Murciélagos.
FOTOGRAFÍA PRINCIPAL: Sofía Adaniya